2007/06/22

Con el Trío Oriental

Pedro Shimose *

Walter Áñez, Hugo Daza Rosales y Lorgio Dorado integran el Trío Oriental. Áñez y Dorado son cruceños; nacieron en la ciudad de Concepción, provincia Ñuflo de Chávez. El primero, el 2 de febrero de 1945 y el segundo, el 7 de enero de 1948. Hugo Daza Rosales, beniano de padres cruceños, nació en San Borja, el 15 de agosto de 1947.
Dios los cría y la música los junta. Se conocieron en San Borja, ciudad beniana de la provincia José Ballivián. Locos por la música, decidieron, un día de 1965, abandonar estudios y trabajos para embarcarse en la aventura de fundar un grupo vocal, cuyo destino incierto era tan incierto que don Remberto Daza, padre de Hugo, se dirigió a Walter Áñez, diciéndole: “Como usted es el mayor del grupo, le encomiendo a mi hijo. Se lo entrego para que me lo cuide”. Al parecer, la recomendación paterna dio buen resultado. “Se lo entrego acordeón y todo”, remachó don Remberto.
En 1966 viajaron a La Paz y allí grabaron un disco de vinilo de corta duración (45 rpm). Una de las piezas se llamaba El sombrero de saó. El éxito fue fulgurante, un bombazo. El sombrero de saó los lanzó a la fama y, de paso, a su autor lo hicieron popular en todo el mundo.
A pesar de tantos nexos comunes (el Trío Oriental interpretó otras canciones mías), yo no había logrado verlos cantar personalmente, pero el domingo pasado, 17 de junio, se obró el milagro. Obra del azar, de la casualidad o de la divina Providencia, coincidimos en Riberalta –después de 41 años de hacernos lance– y aquí, en una tarde soleada, multitudinaria y calurosa, les oí cantar una seguidilla de todos sus éxitos discográficos. Hoy se presentan como El Trío Oriental y su ritmo internacional.
Tres excelentes profesionales de la percusión les acompañan con absoluta profesionalidad: Juan Gutiérrez, en la batería; Fernando Vargas, en las congas y los bongós; y Marvin Murga, en los registros electrónicos.
Walter Áñez, primera voz, canta al ritmo del rasguido de la huacharaca, también llamada huicho; Hugo Daza Rosales, segunda voz y acordeón electrónico, y Lorgio Dorado, tercera voz y bajo electrónico. Ellos animaron la Gran Fiesta del Barrio del Periodista, en la que un público vibrante los aplaudió con entusiasmo.
El Trío Oriental ha visitado Riberalta en más de 10 ocasiones y en todas ha recibido el cariño de dos generaciones de admiradores... y va para tres, si tomamos en cuenta a los peladitos de 6 a 10 años que jalearon su actuación junto a sus padres y abuelos.
Extraño destino el de estos hombres sencillos, artistas hasta la médula, profesionales de cuerpo entero. Walter iba para mecánico dental, Lorgio para piloto de aviación y Hugo no se sabe para qué, porque cuando decidió unirse al grupo, su vocación no estaba definida. Sólo sabía que le gustaba la música y el acordeón.
Después de cuatro décadas, el Trío Oriental ha recorrido triunfalmente Sudamérica, Estados Unidos (20 actuaciones en varios estados), Japón y España. “Ahora nos falta conquistar al público europeo”, afirma Walter.
Hemos compartido tertulias divertidas con anécdotas divertidas y observaciones agudas sobre países que han recorrido, personas que han conocido y experiencias que revelan su fortaleza de luchadores infatigables, voluntariosos, que no se amilanan ante nada. Espíritus religiosos, dan gracias al cielo por tener esposas que los han impulsado y guiado por la senda del trabajo y el éxito.
La superación guía los sueños de estos hombres. La prueba es que ahora han hecho furor con la canción de moda –La linterna–, taquirari del compositor riberalteño Hugo Villanueva (+): “Ni buscando con linterna / podré encontrar una mujer como vos...”.
Compuesta en los años 60, La linterna se apagó durante décadas para volver a alumbrar, gracias al conjunto riberalteño Los Huaracachis que la revivieron y al Trío Oriental que, con sus arreglos, la paseará por todo el mundo. Inolvidable. // Riberalta, 22/06/2007

* Escritor